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Día Internacional de la Mujer en la Ciencia

El 11 de junio de 1898 nació en San Sebastián Felisa Martín Bravo, donde residió con sus padres en el barrio de Amara. Tras concluir sus estudios secundarios en el Instituto General y Técnico de Gipuzkoa, en 1918 inició sus estudios de Física en Madrid. Tras licenciarse en 1922 optó por la investigación y comenzó a trabajar en el Laboratorio de Investigaciones Físicas, bajo la dirección del físico Julio Palacios, siendo la primera mujer que ingresó en dicha institución. En dicho laboratorio se especializó en el estudio de las estructuras cristalinas de diversos compuestos químicos. Los resultados de sus investigaciones tomaron forma en su tesis doctoral, defendida en 1926 y, tras alcanzar la calificación de sobresaliente, publicada en forma de artículo bajo el título Determinación de la estructura cristalina del óxido de níquel, del óxido de cobalto y el sulfuro de plomo. Felisa Martín y el resultado de su investigación fueron absolutamente referenciales, siendo ella la primera mujer en alcanzar el título de doctora en Física y su trabajo la primera aportación sobre cristalografía publicada en España. Continuó con sus investigaciones de las estructuras cristalinas en el Instituto de Física y Química de la Universidad de Madrid gracias a una beca de la Cátedra Cajal.

Desde 1929 compaginó estas labores de investigación con el empleo de ayudante en el Servicio Estatal de Meteorología que consiguió tras aprobar las pertinentes oposiciones. Fue la primera mujer del servicio de meteorología y la única hasta 1935. En 1932 obtuvo una beca de ampliación de estudios que le permitió trasladarse a la Universidad de Cambridge, donde en el laboratorio Cavendish trabajó en las técnicas de espectrografía de rayos X, al tiempo que estudiaba los sistemas de sondeo atmosférico. En 1934 regresó a su puesto en el servicio de meteorología en Madrid. Tras la Guerra Civil se incorporó a su puesto de trabajo y alcanzó el puesto de meteoróloga, siendo hasta 1960 la única mujer y una de las pocas personas sin rango militar del servicio. Allí se centró en la investigación de la electricidad atmosférica y entre 1943-1954 publicó sus resultados en diversos artículos.

Más allá de su brillante carrera científica Felisa Martín Bravo tiene una estrecha relación con la historia marítima vasca, ya que entre 1937 y 1940 dirigió el observatorio meteorológico de Igeldo. Con el estallido de la guerra en 1936 la Agencia Estatal de Meteorología se dividió en dos y Felisa Martín continuó trabajando en su sede de Madrid al servicio de la República. En 1937 con la llegada de las tropas franquistas a las afueras de Madrid la agencia de meteorología se trasladó a Valencia, pero Felisa optó por no trasladarse a su puesto en Valencia siendo, en consecuencia, expulsada de la agencia. En la zona franquista el Ejército del Aire se hizo cargo del servicio de meteorología y en octubre de 1937 la dirección del observatorio de Igeldo recayó, también, en un militar. Sin embargo, las urgencias de la guerra hicieron que el puesto quedara vacante. Al no contar los militares con otra persona capacitada decidieron cubrir el puesto con algún civil que hubiese trabajado para el servicio meteorológico antes de la guerra. Fue así como Felisa Martín alcanzó en noviembre de 1937 el puesto de “directora accidental” del observatorio de Igeldo. En 1940 recomendó para el puesto a Carlos Santamaría Ansa y ella se trasladó a Madrid, donde tras sufrir un expediente de depuración pudo de nuevo ingresar en la Agencia de Meteorología. Cabe destacar que durante su mandato se dedicó a la investigación de las galernas, al tristemente famoso fenómeno atmosférico que a lo largo de la historia se había cobrado las vidas de cientos de pescadores vascos. Queremos destacar, por tanto, su aportación a la mejora de las condiciones de vida de esos pescadores para cuyo cometido se había creado el observatorio de Igeldo.